miércoles, 30 de septiembre de 2009

CIERRA LILA DOWNS FESTIVAL SAN JERÓNIMO 2009


Impresionante el concierto que ofreció la autora y cantante de origen mixteco y estadounidense Lila Downs, en lo que fue el cierre del imponente Festival Internacional de San Jerónimo Coatepec 2009. Lila sorprende por la calidad de las composiciones (algunas, piezas tradicionales) y por una voz potente, adaptable a muchos registros y en definitiva bella y expresiva. La gente que abarrotó el escenario principal de este Festival, disfrutó de forma gratuita, la música de Lila Downs y los valores culturales que transmite. Tolerancia, mestizaje, raíces culturales, tradición y modernidad, una auténtica "world musician". La música de Lila Downs pertenece a las dos riberas del Río Grande. Heredera de dos culturas, la mexicana y la norteamericana, la cantante de Oaxaca recupera y reinventa la música tradicional mexicana. ¿World Music? Downs acepta esta etiqueta en la medida en que también se aplica a la música de Madredeus, Cesária Evora o Marisa Monte. En cualquier caso, el canto indio mixteca, la ranchera, el corrido o el bolero adquieren en su voz -capaz de afrontar con la misma naturalidad un ária de ópera que un blues- una nueva dimensión a través de la fusión con instrumentos y arreglos procedentes de otros estilos musicales, como el jazz, el blues o la bosa nova. Hija de madre mixteca y padre norteamericano, Lila Downs estudió música y antropología social en la Universidad de Minnessota y Oaxaca. En el año 1993, actúa en clubs de jazz de Filadelfia y Oaxaca, y en 1994 graba sus primeros temas. En 1996, una de las canciones gana el premio otorgado por una emisora de radio de Filadelfia a la mejor composición de jazz latino. En el mismo año, graba el segundo disco: En vivo, con Lila Downs. Paralelamente, participa en una película sobre la vida de Pancho Villa dirigida por Edward James Olmos. La sandunga, editado en 1997, es su primer trabajo realizado a partir de la música tradicional de Oaxaca. Árbol de la vida (Yutu Tata), su último disco, editado recientemente, está inspirado en las imágenes de los códices mixtecos. Sus letras -cantadas en castellano y en lenguas indígenas como el mixteca, el zapoteca o el maya- constituyen un testimonio de misticismo y la filosofía del México prehispánico."Crecí en los dos países -en Tlaxiaco, Oaxaca y en Minneapolis, Minnesota- soy muy afortunada, a comparación de otras primas y parientes que se han ido de mojadas y de mojados. He vivido mucho esas experiencias familiares y me identifico mucho con la parte indígena. Quizá tengo mejores sentimientos hacia esa parte que hacia unas partes que he aprendido de la cultura mestiza, que fueron en algún momento de mi vida de rechazo hacia mis raíces indígenas. Esto no quiere decir que no respete lo mestizo de lo cual también formo parte.", dijo la artista.

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